Millones de muertos en la agenda de los partidarios del maligno y el resto agonizará lentamente, después de las tres primeras horas, sonarán por última vez, las campanas de todas las iglesias del mundo a muerte. El escenario de teatro lo dejamos a vuestra imaginación visto que no habéis puesto empeño por disuadir tantos lúgubres ritos que llevan a la total disolución de cada cosa que deberías tutelar y amar. Estáis por dar el paso al abismo, por no haber querido vencer al mal.
Estáis para poner en el crisol de una muerte horrenda vuestra existencia y la de millones de niños.
Nuestra voz ha sido sofocada, ocultada por la bestia sedienta de sangre y destrucción.
Nuestra voz ha sido sofocada, ocultada por la bestia sedienta de sangre y destrucción.
Santiago el hermano del Señor