SUMERGIDOS EN EL FANGO
Sí, en el fango, no solo físico, sino también moral y espiritual.
Sumergidos en la podredumbre de actos contra la naturaleza, contra la sabiduría e inteligencia.
Sumergidos en la suciedad de la basura, de la vulgaridad, de la pornografía, de la violencia, del desamor y de la injusticia.
Sumergidos en las ansiedades, en los dolores, en la muerte, en el sufrimiento, en el egoísmo, en la maldad.
Sumergidos en una vida sin ser vivida, de la falta de dignidad espiritual, de la ceguera, y de la hipocresía y de los “muertos que entierran a los muertes”.
Sumergidos por todo eso que es contrario a la causa evolutiva y a la exigencia del hombre y de su real naturaleza.
El Maestro.
Santiago el hermano del Señor.