Estáis en el borde del precipicio y los ¡Ay! Peores están detrás de la puerta.
Os estáis divirtiendo con los artefactos de muerte y destrucción. Elogiando los
males y la perdición desatendiendo las vivas recomendaciones del Padre Glorioso.
¡HE LLAMADO SI, HE LLAMADO!
Para daros Luz y conocimiento y habéis dejado la puerta cerrada habéis quedado fríos e indiferentes.
Habéis taponado los oídos y cerrados los ojos al amor que llama al amor a la Luz que vivifica y libera al mal.
Os habéis dejado llevar de los atractivos del maligno y de cuanto propone para inducir en perdición.
Habéis vuelto la vida infernal y os habéis ablandado de cada cosa creada de maléficas pestilencias.
¿De qué ha servido mi sacrificio, si os habéis quedado como antes o peores que antes?
¡Ahora! ¡Debéis temer La Ira Santa del Padre Glorioso; porque Su Santa Justicia que os juzgará!
Sus milicias están sobre la Tierra, y Su Voluntad está con ellos.
¡Atentos! ¡Atentos! Porque ya se ha iniciado y Su Sentencia está próxima. Sólo sí, hubierais imitado a los Ninivitas de bíblica memoria. La Ira Santa podía haberse aplacado.
No podéis decir no sabía.
Un servidor de los servidores de Dios
Santiago el hermano del Señor